Si cada año se abre el debate acerca de si el cambio de hora (en marzo y en octubre) realmente trae ventajas económicas y ahorro energético, en los últimos tiempos esta discusión ha ido más allá, pues se está sopesando si en España debe adoptarse el huso horario inglés y portugués. La razón no es otra que el mismísimo meridiano de Greenwich, a partir del que se rigen todos los husos horarios, ya que no solo pasa junto a Londres, sino que también atraviesa Aragón. Es decir, en España tenemos la misma hora que en Alemania o Polonia, pero nuestros relojes están adelantados con respecto a la vecina Portugal y, cómo no, a las Islas Canarias.
Centrándonos en el ahorro energético como eje principal de esta cuestión, cabe señalar que el cambio de hora tiene como objetivo precisamente ese propósito. En España se viene realizando desde los años 70, pero es que la Unión Europea obliga a los estados que la componen a sendas modificaciones a lo largo del año. Esta situación, no obstante, podría variar en los próximos años, pues han aparecido voces discordantes sobre su eficacia.
En el caso de España, el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) apunta un potencial ahorro de unos 300 millones de euros. Aunque no todos vislumbran tales beneficios. Diversas organizaciones apuntan que apenas hay impacto. Se supone que el ahorro conseguido adelantando el reloj llega porque se necesita una hora menos de iluminación por la tarde, pero esto provoca que se gaste por la mañana, ya que amanece más tarde. Y dados los horarios laborales (y vitales) en los que se mueve España –se suele salir más tarde del trabajo que en otros países de Europa–, este argumento gana peso.
Otras opiniones aseguran que el fin del cambio de hora beneficiará a la salud, a la vida laboral y al ocio de los ciudadanos. Y van más allá, consideran que lo más importante es que España opte por el horario que le corresponde realmente.
¿Ahorro energético cambiando el huso horario?
Por lo tanto, si se extrapolan los resultados de diferentes estudios a la adopción de un huso horario más acorde con la posición de España en el mapa, algunos extraen que el consumo de energía no variaría demasiado atrasando una hora nuestros relojes.
De ahí que el principal argumento atañe al factor vital. Son muchas las voces que apelan a utilizar el huso horario “adecuado”, especialmente teniendo en cuenta a las regiones más occidentales. Por ejemplo, en Galicia, si se mantuviera el horario de verano durante todo el año, amanecería a las 10 de la mañana.
La adecuación al huso horario traería consigo algunos ajustes en los hábitos de vida. Muchas voces encuentran este cambio positivo para la salud de los españoles. Sin embargo, en un país donde el turismo genera pingües beneficios, contar con más horas de luz por la tarde parece suponer una ventaja o, al menos, es uno de los argumentos que más se esgrimen.El debate está sobre la mesa, pero lo que parece claro es que el ahorro energético no será el factor que desnivele la balanza hacia uno u otro lado.