Corría el 3 de enero de 2009 cuando el panorama económico mundial sufrió una clara metamorfosis. Esta fue la fecha elegida por Satoshi Nakamoto (un genio de las finanzas del que su verdadera identidad es una incógnita) para minar el primer bloque de Bitcoin, la primera moneda electrónica que no ha parado de crecer de manera exponencial, dejando a todos atónitos.
Entre las características principales que definen a este sistema de pago cabe destacar que no está supeditado a la regulación de un gobierno o banco central. Carece –al menos por ahora– de legislación, y por tanto, son los propios usuarios los que marcan su coste real a través de la confianza depositada y por la mera acción de la oferta y la demanda.
A pesar de que su precio ronda los 6.500 dólares en la actualidad, su valor no ha sido siempre el mismo. De hecho, en 2010 costaba únicamente 20 céntimos de dólar, situación que aprovecharon personas como Laszlo Hanyecz, un programador americano que utilizó por primera vez los 10.000 bitcoins que tenía en su poder a la hora de pagar dos pizzas por 30 dólares. Para hacerse una idea de la magnitud de esta moneda, esta transacción rondaría hoy los 65 millones de dólares americanos.
Historia del bitcoin. Desde el 2011 hasta la actualidad
A partir del año 2011, su valor nominal empezó a crecer como la espuma. A mediados de esa fecha rondaba la cifra de 20 dólares por unidad. La confianza en esta moneda fue tal que algunas de las instituciones de aquel momento empezaron a aceptarla como forma de pago a la hora de recibir donaciones electrónicas, aparte de las más convencionales como son PayPal o Visa.
Sin embargo, en el año 2013 Bitcoin sufrió su primer “batacazo”. BTC perdió casi el 25% de su valor real debido a que el FBI cerró la web conocida como Silkroad, portal que utilizaba esta criptomoneda para financiar el mercado negro de la droga.
A pesar de esta delicada situación, bitcoin no tardó demasiado en recuperarse. A finales de ese mismo año superó el umbral de los 1.000 dólares, una cifra que suponía un 4.000% más que en la fecha de su lanzamiento.
Desde este momento, millones de personas anónimas, pequeñas empresas e incluso grandes multinacionales empezaron a realizar sus primeras inversiones en bitcoins. Este hecho provocó que el gobierno del Reino Unido realizase en 2015 un profundo estudio en donde se detallaban los riesgos y la necesidad que había en empezar a regularla.
Bitcoin rompió la barrera de los 15.000 dólares
La opinión mundial hizo “oídos sordos” a esta tesis. Tanto fue así que a finales de 2016 una web encargada de minar y vender bitcoin conocida como ‘CoinBase’ alcanzó la nada desdeñable cifra de cinco millones de usuarios que poseían y realizaban sus transacciones financieras utilizando directamente esta moneda electrónica. Tan solo un año más tarde, BTC alcanzó un valor récord de 15.000 dólares por unidad, una cifra que parecía no tener techo.
A partir de ahí, la burbuja del bitcoin empezó a desinflarse de forma paulatina, situación provocada sobre todo por la opinión de numerosos expertos, que consideraban este sistema de pago electrónico como una especie de estafa piramidal que antes o después terminaría por explotar.
Debido a esto, el futuro del bitcoin es algo incierto. Todavía sigue teniendo un valor de unos 6.500 dólares, ya que tiene que competir con otras monedas electrónicas como ‘Ethereum’, ‘Ripple’ o ‘EOS’, que a pesar de no tener el mismo peso económico, sí que demuestran una vez más que nos encontramos ante un nuevo frente que ya ha marcado un antes y un después en la economía mundial.