La factura del gas sigue encareciéndose cada año que pasa. De hecho, el pasado 1 de octubre, el precio de la tarifa gasista aumentó hasta un 8% si se compara con el mismo trimestre del año anterior. Esta situación vino precedida por la subida del coste del barril de Brent, que ya ha superado la barrera de los 80 dólares, una cifra que se encuentra bastante alejada de los 55 que costaba en 2017.
Si a todo esto se le unen los gastos de alquiler o hipoteca, de electricidad, de telefonía y de alimentación, no es de extrañar que multitud de familias se encuentren con ciertas dificultades para llegar más desahogados a final de mes. Por esta razón, a través de este artículo os vamos a dar una serie de consejos que os ayudarán a lidiar mejor con el gasto del gas.
Aprovechar la luz diurna
Podemos aprovechar los primeros rayos del sol con el objetivo de que la casa se vaya calentando por sí sola. De esta manera, no será necesario abusar de la calefacción durante las primeras horas del día; una situación que puede disparar el consumo de gas a final de mes. A la hora de airear la casa y renovar el ambiente, es importante hacerlo siempre con el termostato apagado y durante la mañana para no estar derrochando energía inútilmente.
Regular la temperatura del termostato
Es muy común que cada vez que llega el invierno tendamos a activar el termostato de la calefacción a su máxima potencia con el fin de calentar el hogar en el menor tiempo posible. Sin embargo, esta práctica puede tener efectos negativos en nuestro bolsillo si abusamos de ella. Para evitarlo, existe la opción de calentar todas las habitaciones para, finalmente, regular la temperatura general a unos 21-23 grados durante el resto del día.
Subir la temperatura de la casa de forma rápida, exigiendo una combustión exprés de la caldera, provocará un aumento exponencial del gasto en calefacción. Asimismo, instalar un termostato inteligente ayudará a regular la temperatura que mejor te conviene atendiendo siempre a una correcta eficiencia energética.
Aislar debidamente las habitaciones
Un buen aislamiento en cada una de las habitaciones de la vivienda también colabora en reducir de forma considerable la factura del gas a final de mes. Para llevar a cabo esta medida, podemos poner gomas en la parte inferior de las puertas que impidan que el calor salga por estas rendijas. También cerrar completamente las persianas cuando cae la noche o cuando no nos encontramos en casa. Obviamente, un aislamiento total en las ventanas es esencial.
Instalar radiadores por todo el hogar
Una correcta instalación de un sistema de radiadores juega un papel muy importante a la hora de ahorrar energía. En este sentido os recomendamos que los dispongáis debidamente cerca de las ventanas, ya que de esta manera, la distribución del aire y del calor se consigue en menos tiempo y de manera más efectiva. Eso sí, aquellas habitaciones en las que apenas paséis tiempo, es mejor que las mantengáis a una temperatura menor y con las puertas cerradas.
Practicar hábitos de ahorro diariamente
A través de pequeñas acciones rutinarias también se puede reducir el consumo de gas de nuestro hogar. Entre ellas, cabe destacar por ejemplo no abusar del agua caliente cuando estamos lavándonos las manos o fregando los platos. Asimismo podemos aprovechar el calor residual que dejan ciertos electrodomésticos para secar la ropa y reducir la factura a final de mes.