Texto: David Rubio para El Mundo de MAPFRE
Gutenberg, Edison, Galileo, Hollerith, Graham Bell… La mayor parte de sus éxitos comparten un denominador común, llamado “ensayo-error”. Cuenta la leyenda que Edison, durante la invención de la bombilla eléctrica –proceso en el que acumuló cientos de pruebas fallidas–, fue preguntado al respecto por el origen de sus fracasos. Su respuesta siempre era la misma: afirmaba haber creado su bombilla en “mil pasos”. Esa visión de cómo desarrollar una idea planteando escenarios múltiples le convierte en uno de los precursores de técnicas actuales como el testing, el prototipado o la interacción constructiva… utilizadas hoy en día en procesos creativos y de diseño.
¿En qué consiste?
Design Thinking, como metodología de trabajo, permite enfocar la innovación en entornos inciertos de forma ágil y ayuda a reducir los riesgos que a menudo van ligados al desarrollo de nuevos proyectos, productos o servicios. Se centra en entender y dar solución a las necesidades reales de los usuarios, y está enfocado hacia un estilo colaborativo e iterativo de trabajo. Se compone de cinco fases, no lineales en las que se puede retroceder o saltar etapas consecutivas.
Sus principales características son:
1. Empatía: satisfacer las necesidades del cliente o usuario final es el principal objetivo y para ello hay que ponerse en su lugar.
2. Trabajo en equipo: poner en valor el pensamiento colectivo, aplicar pensamientos divergentes (con múltiples soluciones, posibles o imposibles) y convergentes (seleccionando la mejor resolución de un problema).
3. Prototipado, validación y testeo, puesto que antes de poder continuar con el trabajo, debe ser aceptado por todos aquellos que estén involucrados en el proceso. El análisis mediante ensayos, identificación de fallos y aplicación de soluciones.
4. Uso de espacios creativos, que promuevan una mayor interacción y comunicación entre los empleados.
5. Desarrollo de técnicas con un gran contenido visual y plástico.
OBJETIVO: INNOVAR A TRAVÉS DE NUEVOS MÉTODOS
Para los que no están familiarizados con la terminología de Gestión de proyectos es difícil comprender en qué consiste. Desde el área de innovación nos dan respuestas.
Design Thinking es una metodología aplicada al diseño de productos y servicios innovadores, cuya premisa principal es el foco en el cliente para la detección de sus necesidades reales, la validación constante y la iteración para ofrecer exactamente la solución que le aporte valor. En MAPFRE hemos optado por aplicar este tipo de metodologías con el fin hacer más ágil y eficiente nuestro proceso de diseño de nuevos productos y servicios.
Scrum, Agile, Lean, Kaban… Hay cientos de metodologías para generar flujos que mejoren la productividad y la innovación en los procesos de negocio. ¿Qué valor diferencial aporta Design Thinking frente a otros modelos de trabajo?
Todas estas metodologías de innovación son complementarias y pueden ser aplicadas en distintas etapas del proceso de innovación de MAPFRE.
Design Thinking aporta valor en las fases iniciales del proceso de innovación, cuando, partiendo de un reto, debemos entender al cliente para idear soluciones que busquen satisfacer sus necesidades para ofrecerle una propuesta que sea percibida como que le aporta valor.
El concepto de “fracaso como experiencia” sobre el que se basa el Design Thinking está muy ligado a la forma de trabajar de startups. ¿Cómo pueden las grandes corporaciones absorber esta premisa para incorporarla a su cultura empresarial?
En innovación, el fracaso es considerado un aprendizaje. Las metodologías de innovación nos permiten ajustar métricas y testar de forma controlada, lo que puede llevarnos a concluir de forma ágil que nuestra solución no será aceptada en el mercado, al menos en ese momento. La decisión de abandonar un proyecto a tiempo no es un fracaso en sí, por el contrario, evita un posible fracaso frente al mercado con la consiguiente pérdida económica y de recursos.
¿La formación de empleados y adopción del Design Thinking en los procesos de negocio incrementa el número de Early adopters en las compañías? ¿Mejora la penetración de la innovación en su primera fase?
Para conseguir que las empresas se adapten a los cambios de su entorno, es necesaria una transformación cultural a todos los niveles. La formación en herramientas como Design Thinking contribuye a que esa posible la penetración de la innovación en las organizaciones. Sin embargo no sólo la aplicación de esta metodología hará que una empresa se adapte al mercado y alcance sus objetivos. La sensibilización, aceptación y voluntad de cambio son imprescindibles en toda la estructura organizacional.