Miguel Blasco, gestor de carteras de renta variable

En el entorno actual de bajos tipos de interés, la búsqueda de rentabilidades atractivas es todo un reto. En este contexto, el grupo MAPFRE inició en el 2017 un plan en el que se incrementaba gradualmente la exposición a inversiones alternativas (Fondos Inmobiliarios, Deuda Privada y Capital Privado) diversificando la cartera frente a otro tipo de activos financieros. Con ellos, se pretendía  además evitar la volatilidad de los mercados tradicionales que supone un mayor riesgo de pérdidas importantes en momentos puntuales.

Esta semana, a raíz del lanzamiento del fondo Mapfre Private Equity I FCR, fondo de fondos que aglutinará las nuevas inversiones en capital privado, así como las ya realizadas por todas las entidades del grupo, vamos a aprovechar para repasar esta clase de activo, los tipos de fondos que existen y su correlación con otros activos.

¿Qué es exactamente la inversión en capital privado?

El capital privado (Private Equity & Venture Capital) es una actividad desarrollada por gestores de fondos especializados que consiste en la aportación de recursos financieros a cambio de una participación en empresas no cotizadas durante un plazo de tiempo variable (3-5 años), periodo que permite la ejecución de un plan de crecimiento o transformación. Cuando es el momento adecuado, el gestor del fondo vende las empresas. Los rendimientos que generan permiten a los inversores cumplir con sus objetivos de rentabilidad.

Existen multitud de estrategias según el perfil de madurez de las empresas participadas, la estructura de capital empleada (uso de deuda en la adquisición de las participaciones), la participación en el capital de los equipos gestores de las empresas, entre otras. Por un lado,  el Venture Capital, que consiste en la aportación de capital en una empresa de pequeño o mediano tamaño que se encuentra en fase inicial, normalmente empresas tecnológicas (startups). A esta se suma el Growth, cuando la aportación se dirige a empresas que quieren acelerar crecimiento, mejorar operaciones y acceder a nuevos mercados. Y, por último, el Private Equity Buyouts, cuando la aportación de capital se dirige a empresas ya consolidadas.

Los fondos de capital privado son muy exigentes en la selección de sus inversiones. El objetivo del gestor es contribuir al crecimiento, expansión y desarrollo de la empresa, para incrementar su valor. Los gestores aportan valor añadido involucrándose en la gestión de las empresas participadas: profesionalizando los equipos directivos, facilitando acceso a nuevos mercados, aportando experiencia previa en otros sectores, etc.

El capital privado es capaz de conseguir un claro alineamiento de intereses entre accionistas y equipo directivo desarrollando atractivos esquemas de retribución de éstos últimos en base al éxito. Tal responsabilidad tiene muchos beneficios, por ejemplo, da credibilidad para los acreedores potenciales, permitiendo a empresas privadas respaldadas por fondos de capital privado endeudarse y conseguir mejores condiciones de financiación.

Mercados de activos privados y el sector asegurador

El valor aproximado de las inversiones en activos privados a finales del año 2019, incluyendo capital privado, deuda privada, fondos inmobiliarios, infraestructuras y recursos naturales alcanzó los 7 billones de dólares (inferior al 10 por ciento del tamaño de los mercados cotizados), según los datos facilitados por Prequin en su último informe anual.

Los fondos de capital privado son la categoría más importante y suponen el 60 por ciento del total de activos privados. A nivel global, las compañías de seguros son uno de los inversores institucionales más importantes por volumen invertido en capital privado solo superado por los fondos públicos de pensiones y los fondos soberanos. Además, durante los últimos años han incrementado su objetivo de media hasta el 3 por ciento de los activos bajo gestión.

Destacamos a continuación las principales ventajas e inconvenientes de incorporar inversiones en fondos de capital privado a las carteras de inversión:

Ventajas

    • Alta rentabilidad histórica consistente de los fondos de capital privado generando unas rentabilidades superiores a sus comparables cotizados.
    • El capital privado ayuda a diversificar las carteras del grupo al presentar un bajo nivel de correlación frente a los activos.
    • Proporcionan acceso a empresas privadas que, a menudo, son más emprendedoras y exitosas y a las que es difícil acceder de otro modo.

Inconvenientes

    • Efecto curva J: El inversor efectúa desembolsos durante los primeros 3-5 años y típicamente no obtiene distribuciones hasta pasados unos años, lo que, unido al impacto de comisiones y gastos, provoca que las valoraciones iniciales de los fondos de capital privado tiendan a ser negativas durante los primeros años.

Oportunidades post-COVID-19

El capital privado dispone de un importe récord de recursos disponibles para invertir. Se ha producido cierta ralentización de la actividad inversora debido a la incertidumbre económica y la nueva normalidad post-COVID-19. Los gestores calculan que reanudarán las operaciones con precios entre un 10% y un 20% más baratos a lo largo de los próximos trimestres, según un estudio reciente de la consultora Bain & Company.

Como en la anterior crisis financiera de 2008, esperamos que sea un buen momento para beneficiarse de las oportunidades del mercado secundario en el corto y medio plazo que surgirán de los ajustes de valoración, las necesidades de liquidez y dinámicas de los vendedores.