Desertificación, inundaciones, gotas frías… Estas son las consecuencias que algunos estudios apuntan que sufrirá el territorio español en el año 2050 si no se frena el cambio climático y la subida de temperaturas. España debe tomar medidas que se adecúen al Acuerdo de París para disminuir las emisiones contaminantes.

Tres décadas para frenar el cambio climático

Quedan poco más de 30 años para revertir la situación. O al menos si atendemos a lo que nos muestra el Observatorio de Sostenibilidad, que, tras aplicar el modelo climático CCSM4, ha elaborado un estudio sobre cómo afectará el cambio climático a la Península si no se frenan las emisiones contaminantes.
Las principales consecuencias serán:

  • Habrá menos lluvias. En el área de Galicia descenderán a la mitad, dando paso a otro tipo de vegetación, más propia de zonas situadas al sur. De hecho, solo se mantendrá una pequeña ganancia de precipitaciones en Navarra, la Comunidad Valenciana y la islas occidentales de Canarias, con la salvedad de que serán muy irregulares. Este hecho provocará la aparición de gotas frías e inundaciones.
  • Subirán las temperaturas en toda nuestra geografía. Solo A Coruña se mantendría por debajo de ese aumento de 1,5 ºC anhelado. En cambio, en Castilla-La Mancha, el norte de Andalucía y Extremadura, la subida sería superior a 3 ºC, provocando intensas olas de calor que, unidas a una clara bajada de las precipitaciones, podrían desatar intensas sequías.

Madrid, capital de la escasez de agua

Otro estudio, este realizado por investigadores de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), augura un cambio climático superior al esperado en la segunda mitad del siglo XXI. Publicado en la revista Environmental Research Letters y realizado sobre 571 ciudades europeas, vaticina que habrá sequías en el Sur de España. También señala que Madrid será una de las capitales europeas con mayor escasez de lluvias, solo superada por Atenas, Nicosia, Sofía y La Valeta. Estas sequías, que serán habituales en todo el Sur de Europa, irán acompañadas de riadas en el noroeste del continente.

En el estudio se evalúan diversos escenarios. Y cabe señalar que incluso en el de menor impacto, las olas de calor aumentarán. Y que ciudades como Almería o Málaga tendrán en la segunda mitad del siglo XXI el doble de sequías que las experimentadas en los últimos 50 años del siglo XX.

Sea como fuere, se pueden extraer dos conclusiones claras de sendos estudios. La primera es la necesidad de que los estados se tomen muy en serio frenar las emisiones contaminantes que provocan el cambio climático. Y la segunda pasa por prepararse para afrontar cualquiera de los escenarios previstos con el objetivo de frenar en la medida de lo posible el impacto negativo.