Desde el 01 de julio hasta 28 de agosto de 2017 podrá visitarse en el Museo Lasar Segall de Brasil la exposición “Tesoros de la Colección Fundación MAPFFRE. Obra sobre papel”. La muestra, organizada por Fundación MAPFRE y el Museo Lasar Segall, está compuesta por más de cincuenta dibujos que nos aproximan a un extenso panorama del arte del siglo XX.
Desde sus inicios, Fundación MAPFRE ha centrado sus esfuerzos en la recuperación de la obra sobre papel de aquellos artistas y movimientos relevantes para apreciar la evolución de los usos del dibujo y la pintura del siglo pasado. La selección que hoy presentamos abarca un período desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, precisamente el momento en el que el dibujo todavía vive su doble condición. Si por un lado es un medio creativo para la ejecución final de otras obras, al mismo tiempo muestra ya su independencia, como arte pleno y suficiente en sí mismo.
El dibujo es una de nuestras expresiones más cercanas e íntimas, una idea, un descubrimiento, un método de expresión e introspección de la persona que lo realiza. Entre el dibujante y el papel sobre el que dibuja existe una relación directa. Dibujos son los que realizan los grandes artistas pero también los garabatos que hacemos muchas veces inconscientemente. El dibujo deja de ser un mediador, se convierte en obra de arte singular y autónoma a lo largo del siglo XVIII; desde entonces nunca ha dejado de serlo.
Todas las obras expuestas forman parte de la Colección de Dibujos del siglo XX, patrimonio de Fundación MAPFRE. Una vocación coleccionista que crece de año en año y que desde sus inicios, en 1997, ha sido mostrada – primero como Maestros españoles del siglo XX y ahora con un carácter marcadamente internacional-, en diversos museos de todo el mundo: Fundación Picasso (Málaga, 2001), Museo de Bellas Artes de Cuba (La Habana, 2004), Instituto Cervantes de Nueva York (2004-2005), Museo Nacional de Arte de México (2007), Bass Museum of Art de Miami (2008), Museo de Arte de El Salvador (2015), Museo de Bellas Artes de Sevilla (2015), Musée d’Art moderne de Troyes (Francia, 2017).
Las Colecciones de dibujo de Fundación MAPFRE nacieron con la voluntad de ser una colección de dibujo moderno español.
En este sentido, la creación de una colección de dibujos centrada en los lenguajes de la vanguardia española, que ya podemos considerar clásica, constituía una secuela natural de nuestra programación de exposiciones que, durante mucho tiempo, estuvo vertebrada alrededor del arte español de principios del siglo XX. En los últimos años, la programación de nuestras exposiciones se ha abierto a artistas o períodos importantes en el contexto internacional, lo que nos ha llevado a plantear nuestra reflexión en torno a la construcción de la modernidad en el panorama internacional. Estos cambios también se han producido en nuestra colección de obra sobre papel y pueden verse reflejados en la exposición que hoy presentamos.
DIBUJOS DEL SIGLO XX
El recorrido por la muestra se inicia con dibujos de aquellos artistas que, como Edgar Degas, Auguste Rodin, Egon Schiele o Pablo Picasso, sentarán las bases del arte del nuevo siglo XX que estaba por llegar; pues desde 1900 se produjeron diversas transformaciones y un proceso de renovación que desembocará directamente en lo que hoy conocemos como modernidad. En este proceso, la imagen de la mujer cumple un papel importante y se convierte en verdadera protagonista de este universo. La visión tradicional que entendía el arte como una sucesión de movimientos, se ve enriquecida con obras como las de Henri Matisse o George Grosz, que ponen de manifiesto el valor de la obra de arte en sí misma y la variedad del arte del siglo XX.
El cubismo llevó a cabo una transformación radical del lenguaje pictórico. La Colección de Fundación MAPFRE permite conocer cómo se llevó a cabo en los dibujos de Picasso, Juan Gris o André Lhote. De forma casi paralela, artistas como Alexander Archipenko o Kurt Schwitters se centraron en el espíritu más constructivo de la de la pintura, tal y como podemos ver a través de Collage nº 3 o Miniatura merz, esta última con un espíritu claramente dadaísta que enlaza directamente con las obras de Francis Picabia.
Hay que tener en cuenta que la influencia del cubismo no se limita a las obras que cabe considerar como más ortodoxas: se percibe también en dibujos que no cabe incluir en la tendencia pero que no la olvidan, tal es el caso de Luis Fernández y de Maruja Mallo o de Rafael Barradas.
La presencia privilegiada de los artistas españoles en París, les permitió asistir de primera mano a la gestación del surrealismo, tendencia, a la que por su importancia, hemos querido dedicar una especial atención. Algunos de los pintores que hoy presentamos fueron miembros activos del grupo y figuras esenciales del movimiento.
Tal es el caso de Salvador Dalí, Joan Miró, Luis Fernández u Óscar Domínguez, éste último, creador de la de calcomanía, técnica que se inscribe directamente en el círculo surrealista de Breton.
Las relaciones entre Francia y España se tradujeron en una fuerte impronta surrealista en España, que se extendería en el tiempo y que caminaría junto con otras tendencias hasta la década de los cincuenta del siglo pasado, pues sería por completo improcedente pensar que el arte contemporáneo es una sucesión lineal de estilos.
Esta influencia se puede apreciar en los dibujos de Julio González y Alberto Sánchez o en las obras ya informalistas de Tàpies y Chillida. A partir de los años cincuenta del siglo XX el límite entre los géneros artísticos comenzó a diluirse en un universo creativo que mezcla el dibujo con la pintura, la escultura con la acción y la arquitectura. Un ejemplo de esta actitud lo ofrece el dibujo de Eduardo Chillida que se presenta en la exposición: es difícil establecer una solución de continuidad entre escultura, relieve, collage y dibujo, la textura y el cromatismo de los fragmentos de papel evocan cualidades visuales propias del hierro y de la madera, pero el dibujo se hace presente en el blanco del papel, a su vez vacío frente a una masa paradójicamente plana. La concepción tradicional de la mano que dibuja ha quedado sustituida por una mano que recorta, compone, pega… La colección nos ha conducido a una perspectiva diferente: lejos del concepto tradicional de dibujo, nos posicionamos ante obras de las que el dibujo participa.