El internet de las cosas ha empezado a acaparar protagonismo en cualquier ámbito de nuestras vidas. ¿Quién pensaría hace poco más de una década que a través de un simple smartphone podríamos conectarnos a internet, hacer video-llamadas o utilizarlo a modo de GPS cuando salimos de viaje?

De hecho, casi todos los sectores actuales se benefician de las grandes ventajas que supone el IoT (Internet of Things), ya que permite una mejor comunicación y automatización de cualquier proceso cotidiano a través de la red. Es más, lejos de quedarse aquí, irá evolucionando  cada año que pase. Así que, echemos un vistazo a lo que está por venir:

El cambio climático y el efecto invernadero son algunas de las grandes amenazas a las que se enfrenta el ser humano. Se estima que en el año 2100 la temperatura global de la tierra subirá entre 2 y 4 grados Celsius, una situación que aumentará las posibilidades de que se produzcan, por ejemplo, incendios forestales o fuertes periodos de sequía o desertización.

Sin embargo, el internet de las cosas podría tener un papel relevante a la hora de prevenir estos desastres. De hecho, ya se están desarrollando sensores que se instalan en cualquier bosque o selva con el objetivo de medir en tiempo real la cantidad de dióxido de carbono que hay en el aire para después realizar un detallado informe que se comparte a través de la red. Así se consigue que los bomberos, informados de esos valores, puedan actuar en la mayor brevedad posible en caso de emergencia. La clave es que todo esté conectado y se ofrezcan datos, para que, con una información precisa, resulte más sencillo hacer frente a cualquier desastre.

 

Las ciudades y casas inteligentes serán una realidad

Cada vez es más sencillo encontrar casas inteligentes donde cada uno de sus electrodomésticos o zonas habitables estén conectadas entre sí a través de una simple red Wifi. Esta domótica se traduce en ventajas para el usuario tales como, por ejemplo, tener un control más exhaustivo de su calefacción en invierno o del aire acondicionado en verano, lo que conlleva un mayor ahorro en sus facturas de energía.

En el caso de las ciudades puede ocurrir algo parecido. En un futuro no muy lejano podremos utilizar métodos de transporte mucho más eficientes y menos contaminantes. decirle adiós a los tediosos atascos, ya que serán capaces de tomar el camino más corto. También podremos encontrar edificios, que con un planteamiento tecnológico y un diseño de lo más innovador, consigan aprovechar mejor el espacio y logren una urbe más accesible para todos.

Asimismo, también veremos cómo cualquiera de estas estructuras permitirán regular la temperatura interior, abrir o cerrar los cristales de manera automática o controlar el sistema.

 

Aparecerán nuevos modelos de negocio

Los negocios van a ser otros de los grandes beneficiados por el internet de las cosas. De hecho, se estima que prácticamente el 50% del PIB mundial en el año 2021 procederá directamente de aquellos negocios que hayan experimentado una transformación digital.

En definitiva, gracias a esta tendencia tecnológica están surgiendo nuevos nichos de mercado que apuestan por la eficacia y automatización de cualquier proceso, donde una máquina inteligente podrá realizar cualquier tarea de manera más eficiente y automática; algo que a la larga puede producir un abaratamiento de los costes y, sobre todo, nos facilitará la vida.