La salud es una de las áreas con mayor potencial para aprovechar la tecnología, pese a que se enfrenta a algunos retos, como es la privacidad de los datos, que habrá que abordar en profundidad en un futuro no muy lejano. Así ha quedado de manifiesto en el encuentro de expertos organizado por MAPFRE en colaboración con Accenture, en el marco del Mobile World Congress (MWC) de Barcelona.
Investigadores, ‘startups’, inversores y divulgadores han debatido sobre la importancia de la digitalización del sector y su papel en la nueva realidad de los tratamientos, el diagnóstico, la prevención y la experiencia del paciente en un encuentro organizado en la Torre MAPFRE de Barcelona.
«El mercado de la salud digital está creciendo muy rápido», ha señalado Nicolás Monsarrat, responsable de Salud Digital en Europa de Accenture. En concreto, este crecimiento sería de un 29,6 por ciento entre 2019 a 2023, llegando a configurar un mercado de 504.000 millones de dólares en 2025, según previsiones de la consultora.
En este evento, que ha coincidido con la celebración del Día Mundial de las Enfermedades Raras, también ha participado Lluís Montoliu, biólogo e investigador del CSIC y del CIBER de Enfermedades Raras en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB), que ha incidido en las oportunidades que surgen al usar una «medicina de precisión», lo más personalizada posible. Montoliu lleva 25 años dedicados a la genética y ha podido ver cómo la tecnología ha ido cambiando su forma de trabajar. «A finales de los 90 secuenciamos el genoma por primera vez. Por entonces yo podía tardar dos años y medio en inactivar un gen, algo que ahora mismo me cuesta unas pocas semanas», indica. No cabe duda de que la Inteligencia Artificial, el uso de los datos o la supercomputación están llamados a revolucionar este sector y esto es solo «la punta del iceberg».
También se ha celebrado un coloquio bajo el título ‘Acelerando el cambio’. En el mismo, Pedro Díaz-Yuste, director de Salud Digital de MAPFRE, ha explicado que esta idea de poner al paciente en el centro de la estrategia va a ser una de las claves de la salud digital. Así lo ha planteado MAPFRE en Savia, su plataforma de servicios de salud digital, que puso a disposición de toda la ciudadanía de forma gratuita durante la pandemia. «En ese momento el 100% de la atención tuvo que ser digital y la gente se dio cuenta del valor del servicio», explica Pedro Díaz-Yuste, quien añade que para el 60% de los usuarios era su primer contacto con la telemedicina. «La telemedicina no es para todos los pacientes ni todos los casos, pero va a jugar un papel importante», ha sentenciado.
Por su parte, Miquel A. Bru Angelats, vicepresidente de Desarrollo de Negocio en Made of Genes ha afirmado que la medicina personalizada va en dos direcciones y, por lo tanto, «hay que hacer copartícipe al paciente». En este sentido, apuesta por empoderar a los ciudadanos para que ellos sean los que decidan compartir sus datos para mejorar su propia salud y sus hábitos. Esos mismos datos podrán -al mismo tiempo- ayudar a estudiar enfermedades y tratarlas.
Luis Martín Ezama, CEO de CancerAppy, una startup que se dedica a intentar detectar patrones de los diferentes tipos de cáncer a través de la computación, ha puesto sobre la mesa un debate que pone mayor freno a la investigación: «El gran problema es la falta de datos», este desafío es uno de los grandes retos que habrá que abordar en un tiempo no muy lejano para seguir avanzando.