A más envejecimiento, menor consumo”, sostiene Gonzalo De Cadenas, director de análisis macro y financiero del Servicio de Estudios.

El director de análisis macroeconómico y financiero del Servicio de Estudios de MAPFRE, Gonzalo De Cadenas-Santiago, explicaba este fin de semana en un reportaje especial titulado Reto Demográfico, publicado en el diario El Mundo, que el envejecimiento es “uno de los factores que explica la caída del crecimiento tendencial de la economía, el estancamiento».

De Cadenas recuerda, como representantes de otras fuentes consultadas por el diario,  que los patrones en general, tanto de consumo y ahorro, como de inversión, etcétera, varían en función de la edad.

Cuando la gente cumple más de 65, explica, “deja de invertir en fondos de inversión, por ejemplo”. Y lo vincula a la necesidad que tiene la población al envejecer por encima de esos años a generar “mucho más ahorro del necesario”, proceso en el que el sector financiero no es el intermediario, como el refugio inmobiliario. “El envejecimiento de la población conlleva una notable reducción de la inversión”, concluye.

Estos días, el centro de estudios de MAPFRE ha presentado su propio informe sobre envejecimiento poblacional, que reflexiona sobre el impacto económico y en la seguridad social derivado de dicho fenómeno. El documento plantea que la propagación de una población envejecida podría ser uno de los factores que está detrás de la tendencia a la creciente interdependencia financiera, al estancamiento secular y a la desigualdad económica. Asimismo, se abordan los principales efectos de la transición demográfica sobre el sostenimiento de los sistemas de pensiones y de salud.