Las nuevas tecnologías han llevado al insurtech a la vanguardia en el sector de los seguros. Big Data, Inteligencia Artificial o Internet de las Cosas son herramientas que numerosas startups han utilizado para proponer otro tipo de productos y servicios que han calado en unos clientes que buscan la personalización total. Es más, el Blockchain también ha sido clave para aportar el elemento de seguridad necesario frente a posibles ciberamenazas. Sin embargo, en este escenario basado en las últimas tecnologías, las empresas se enfrentan al reto de la protección de datos de carácter personal, especialmente en Europa, donde la legislación es más severa que en Estados Unidos, por poner un ejemplo significativo.
¿Por qué es un reto?
El desafío se halla en la adecuación de estas tecnologías capaces de analizar ingentes cantidades de datos al marco legal vigente, pues cualquier violación del mismo podría suponer grandes problemas para una aseguradora.
Así pues, las empresas de insurtech han de tener presente en todo momento el Reglamento Europeo de Protección de Datos (RGPD), y en el caso de las radicadas en España, la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal.
Esto hará necesario el cifrado de los datos personales, así como la capacidad de garantizar la integridad, la disponibilidad, la confidencialidad y resiliencia permanentes de los sistemas y servicios de tratamiento.
Es más, deben tener en marcha un “proceso de verificación, evaluación y valoración regulares de la eficacia de las medidas técnicas y organizativas para garantizar la seguridad del tratamiento”.
Tales adecuaciones podrían suponer un menoscabo en algunas funcionalidades de esas nuevas tecnologías si no se cuenta con profesionales capaces de afrontar este reto. La privacidad ha de ser un pilar clave sobre el que construir y no ser considerada como lo contrario.
Asimismo, cabe señalar que en este ámbito las empresas tienen otro reto, pues están obligadas a notificar cualquier violación de los datos personales de sus clientes en caso de que se produzca. Una mala comunicación de tales incidencias supondría un perjuicio para la imagen, así como para la confianza en sus capacidades técnicas.
Normativa propia de seguros
Pero no solo la regulación relativa a la protección de datos personales es importante para las empresas aseguradoras. También hay que señalar la Directiva Europea de Distribución de Seguros (IDD), que exige más control sobre la relación con el cliente.
En definitiva, el insurtech tiene ante sí un amplio campo en el que desarrollarse. Pero lo deberá hacer cumpliendo aquellas leyes que protegen la privacidad existente.