La sede de la Fundación MAPFRE en Madrid alberga estos días una exposición del reconocido retratista Giovanni Boldini. A pocos metros de estas joyas artísticas, Fernando Mata, consejero y director general financiero de MAPFRE, José Luis Jiménez, director general de inversiones de la compañía, y Natalia Núñez, directora de Relaciones con Inversores y Mercados de Capitales, pintaron esta semana, ante un nutrido grupo de accionistas, un retrato sobre los resultados de los nueve primeros meses y sobre las previsiones macroeconómicas que condicionarán el negocio.

Estos encuentros, que se han realizado en Madrid y Barcelona el martes y el miércoles, respectivamente, se enmarcan en el plan “MAPFRE Accionistas, un valor único”, cuyo objetivo es el acercamiento al accionista mediante el cual se quiere estrechar la relación con este grupo de interés.

Ante más de 50 accionistas particulares, Mata quiso dejar claro que “se van a acometer todos los esfuerzos para mantener la política de dividendo”, que es estable y creciente. El ejecutivo recordó, en respuesta a una cuestión planteada por un accionista sobre este asunto, que la rentabilidad se acerca al 6% a los precios actuales de la acción.

Los ingresos de MAPFRE en los nueve primeros meses del ejercicio ascendieron a 21.619 millones de euros, lo que representa un incremento del 6,5% respecto al mismo periodo del año anterior. Las primas, por su parte, crecieron un 2,5%, hasta los 17.647 millones. El beneficio neto del Grupo se ha reducido hasta los 463 millones de euros (-12,5%), debido principalmente al deterioro del fondo de comercio del negocio de Asistencia. Eso sí, Mata recordó que “este deterioro de los fondos de comercio no tiene efecto en la tesorería de MAPFRE ni afecta a la fortaleza y flexibilidad financiera del Grupo”.

Por otro lado, el director financiero destacó la evolución del negocio de los países de Latinoamérica: “Por primera vez todos los países de la Región LATAM registran beneficio”.

A su vez, Mata reconoció que “nos hemos hecho grandes” cuando hizo referencia a la evolución de los activos gestionados por el grupo, que superan los 74.000 millones por primera vez. Además, a diferencia de otras compañías, dijo que el Grupo cuenta con “un tesoro”: las plusvalías acumuladas superan los 1.100 millones, producto de la buena inversión en activos de renta fija en los peores momentos de la crisis. “Es un privilegio contar con unos activos con rentabilidades tan elevadas”, añadió.

Ante la cuestión de otro accionista sobre por qué no se recompraban más acciones de la compañía, Mata explicó que ya se han ido realizando compras hasta alcanzar un 0,99% de autocartera. Pero no se va a superar ese límite debido a que se quiere mantener un mínimo “floating” en el mercado. Y es que la Fundación Mapfre cuenta con el 67% del accionariado.

Por primera vez (se han realizado ya tres reuniones con pequeños accionistas), se contó con la presencia de José Luis Jiménez, puesto que los inversores habían pedido que un experto de MAPFRE les diera unas pinceladas sobre el entorno económico. En este sentido, el director general de inversiones apuntó que nos encontramos en “la segunda ola de la crisis”.

Jiménez reconoció que uno de los elementos que más preocupa en este momento es que esa profunda desaceleración de la economía mundial dé lugar a otra crisis “y que no contemos con nuevas soluciones efectivas”. Pero, pese a este complicado entorno que al final puede afectar al negocio asegurador, también indicó que las previsiones apuntan a que los mercados emergentes crezcan el doble que las economías desarrolladas y MAPFRE se beneficiará, por tanto, de la exposición a estos países.

Por último, como experto en gestión de activos, reconoció que “tenemos una cartera muy sólida y que somos unos inversores muy prudentes”. En este sentido, y ante los temores que planteó un accionista sobre la elevada exposición a renta fija, Jiménez incidió en que “MAPFRE tiene una de las posiciones más defensivas comparada con las otras grandes aseguradoras europeas”. En este momento, la duración media de los activos de renta fija española supera los 7,5 años.