En el último lustro, el despegue del Internet de las cosas (IoT, Internet of Things) se ha convertido en uno de los principales motores tecnológicos. La posibilidad de que múltiples dispositivos sean capaces de comunicarse entre sí, aportando datos a empresas y usuarios, ha abierto nuevos escenarios sobre los que trabajar y, claro está, evolucionar. Tanto es así que se esperan importantes crecimientos gracias a la puesta en marcha de proyectos de toda índole.
A fin de cuentas, los beneficios que aporta IoT resultan sumamente atractivos para cualquier organización –e incluso para cualquier usuario, que ve cómo puede controlar su hogar desde el propio móvil, por poner solo un ejemplo–. Sin embargo, antes de lanzarse a la creación y desarrollo de un proyecto de Internet de las Cosas, resulta recomendable tener en cuenta diversos aspectos.
Puesta en marcha
El objetivo de apostar por IoT no es otro que acceder tanto a sus beneficios como a los que aportan otras tecnologías asociadas y claves en su desarrollo, como el Big Data o la Inteligencia Artificial, los cuales se podrían resumir en un mejor aprovechamiento de los datos que cada dispositivo recoge. Esa información será clave para la optimización del negocio y la relación con los clientes.
Por eso, el primer paso que se ha de dar pasa por marcarse un objetivo perfectamente definido a corto y largo plazo y no lanzarse a la aventura por el mero hecho de que sea una tecnología que “está de moda”. Y es que no todos los negocios y sectores obtendrán los mismos beneficios de IoT.
De ahí se desprende el segundo aspecto que tener en cuenta: el retorno de la inversión. Evaluar y calcular el ROI será clave en el diseño de un proyecto de estas características, tanto a nivel de costes, como de aceleración del propio negocio. En este sentido, habrá que estudiar cómo incidirá en la productividad y así asegurar la rentabilidad de la inversión realizada. Esto hará necesaria la adecuación (personalización) a la naturaleza de cada organización.
Otros aspectos clave
Desarrollar el proyecto de IoT conlleva otros factores esenciales para que llegue a buen puerto:
- Internet de las Cosas debe suponer un apoyo para los trabajadores de una empresa, es decir, ha de resultar de utilidad para el negocio y no un simple accesorio más.
- Controlar la inversión mediante la puesta en marcha progresiva, de modo que todos los sensores que se empleen realicen una función desde el inicio.
- Formar a los empleados en caso de que fuera necesario.
- Invertir en medidas de ciberseguridad que eviten cualquier ciberataque. De hecho, una adecuada protección debe prevalecer sobre cualquier innovación para que el proyecto sea seguro y fiable.