La ciberseguridad debe ser uno de los principales objetivos de cualquier empresa actualmente. Esto se debe a que en todo momento estamos expuestos a multitud de amenazas en forma de virus, caballos de Troya, ataques de denegación de servicio o ransomware, las cuales pueden poner en jaque el correcto funcionamiento de nuestros equipos informáticos.

Para hacerse una idea de la magnitud de este problema, en tan solo un año se producen alrededor de 700 millones de incidencias en todo el mundo dirigidas tanto a particulares, empresas y multinacionales, como a los gobiernos de las principales potencias mundiales. Por esta razón, se antoja muy importante potenciar la ciberseguridad de nuestro negocio con el fin de erradicar, o al menos mitigar, las graves consecuencias que estos ataques pueden acarrear.

Concienciar y formar a los trabajadores

Cualquier trabajador, independientemente de cual sea su rango, debe ser muy consciente de qué acciones ha de tomar en su rutina diaria para así evitar un ataque informático. Entre ellas, podemos poner como ejemplo no abrir aquellos correos electrónicos que sean considerados como spam y que, sin que se dé uno cuenta, puedan robar información confidencial (práctica conocida como phising). Asimismo, se deben cambiar la contraseña de sus perfiles de usuario o conexión Wi-Fi de manera frecuente. Tampoco estará de más instaurar protocolos de emergencia informática en caso de crisis.

Actualización y mantenimiento de software

Debido al auge del Internet of Things, gran parte de la maquinaria industrial está conectada entre sí a través de una conexión bluetooth o de internet. Uno de los hándicaps que esto tiene es que seremos más propensos a sufrir a un ciberataque que pueda poner en serio peligro el correcto funcionamiento de estos equipos. Una forma de evitarlo es que el software que hace funcionar a cualquier máquina (desde un ordenador a una grúa) tenga su sistema operativo y su base de virus completamente actualizada en todo momento. Solo de ese modo se estará protegido frente al malware que aparece cada día, capaz en muchos casos de mutar en ataques que un usuario normal no comprenderá.

Instalar controles de acceso

Hay que tener en cuenta que un trabajador puede poner en riesgo la viabilidad de una empresa en cuestión de segundos. Para evitar esta situación, a través de una intranet podemos instalar un control de acceso con un usuario y una contraseña debidamente encriptados. A esto se añade la opción de dotar a los empleados de tarjetas identificativas con un chip y que estén restringidas a un número limitado de zonas. Otra de las medidas que cada vez está ganando más enteros, es la de instalar un sistema biométrico (que se activa a través de una huella digital o de la pupila) y que permite poner todavía más coto a cualquier ciberataque.

Hacer copias de seguridad

También es de vital importancia realizar de forma habitual copias de seguridad de aquella información relevante y/o confidencial que almacenen los ordenadores de la empresa. De lo contrario, un simple caballo de Troya u otro tipo de malware que se cuele en el sistema, puede suponer pérdidas millonarias. En este sentido, sobre todo es clave proteger los datos de los clientes. Para conseguirlo, existe la posibilidad de migrar toda esta información a servidores externos localizados en la nube a los que se pueden acceder en cualquier momento y lugar de forma segura. Las grandes compañías que lo albergan cuentan con las más avanzadas medidas de seguridad y, por lo tanto, estarán menos expuestas.