Los asegurados de salud utilizan como mínimo una vez al año los servicios de su seguro, y prácticamente la mitad de los asegurados realiza al menos una prueba de diagnóstico por imagen.

Radiografías, ecografías, resonancias y TAC son las pruebas más utilizadas como paso previo a una consulta clínica. Asimismo, más del 36% de las personas que tienen contratado el seguro de salud realizan análisis clínicos y cerca del 30% ha utilizado los servicios de urgencia hospitalaria.

En Castilla y León, más del 12% de los asegurados realiza sesiones de fisioterapia, mientras que la segunda especialidad más utilizada es el diagnóstico por imagen utilizado por el 7% de los clientes, seguida por las pruebas de odontoestomatología.

Son datos de un estudio realizado por MAPFRE sobre su propia cartera de seguros de salud, formada por más de 888.000 clientes.

Las ventajas de contar con un seguro de salud son amplias: flexibilidad de horarios, posibilidad de elegir el profesional o centro al que acudir… Asimismo, la digitalización que ha incorporado este tipo de seguros proporciona una mayor rapidez y facilidad de acceso al cliente. En general, eficacia y personalización son características de este tipo de seguros que podrían estar detrás del crecimiento en la contratación.

Crecer en el negocio de salud es una prioridad para MAPFRE, que en Castilla y León cuenta con cerca de 28.700 clientes con seguro de salud, y las primas procedentes de este negocio sobrepasaron en 2018 los 17,7 millones de euros, cifra que representa un crecimiento del 5,5%.

 

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