El informe Panorama del Servicio de Estudios de MAPFRE ha actualizado su análisis sobre las perspectivas económicas y sectoriales hacia el segundo trimestre de 2018, en el que ratifica una previsión del crecimiento global muy similar al experimentado durante el 2017, tanto en velocidad como en composición.
De acuerdo con estas previsiones, la economía global crecerá en 2018 en el entorno del 3,8% y muy cerca de su potencial, contribuyendo casi a partes iguales los mercados desarrollados (en torno al 2%) y los mercados emergentes (en torno al 5%).
Este crecimiento continuará apoyándose en fuertes estímulos de demanda tanto fiscales como monetarios en ambos lados del Océanos Atlántico. Además, la política fiscal de los Estados Unidos, el mantenimiento de la laxitud monetaria a nivel global y la fuerte inercia en el dinamismo del consumo y la inversión, serán garantes del sostenimiento del crecimiento.
Los riesgos se mantienen tanto del lado financiero (volatilidad y contracción de liquidez en un entorno de desequilibrios), como de lado de la economía real (posible espiral arancelaria global), así como en el frente de los potenciales riesgos geopolíticos (Oriente Medio, Rusia y Corea del Norte) y del ciclo político global actualmente centrado en los mercados emergentes, en donde las posibilidades de victoria de gobiernos con tendencias económicas heterodoxas son cada vez mayores poniendo en cuestionamiento el proceso de las reformas necesarias en esas regiones.
España sigue liderando el crecimiento entre las mayores economías de la Eurozona. El Servicio de Estudios ha revisado en dos décimas la previsión de crecimiento de la economía española para este año, desde su previsión anterior del 2,6% al 2,8%. Se prevé que mantenga el buen momento mientras la política monetaria, el contexto mundial y el precio del petróleo no se vuelvan en contra.
Mercado asegurador
El entorno de crecimiento mundial permite ser optimistas en cuanto al desarrollo del mercado asegurador. La previsión de un crecimiento sólido y sincronizado influirá positivamente en el sector asegurador cuyo desarrollo se encuentra muy vinculado al comportamiento del ciclo económico. Se verán especialmente beneficiados los sectores aseguradores de los mercados emergentes en los que el bajo nivel de penetración de los seguros en la economía hace que la elasticidad de la demanda aseguradora al crecimiento sea mayor que en los mercados más desarrollados, generando que crecimientos débiles o moderados del PIB se traduzcan en crecimientos mayores de las primas de seguros.
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